Acuarela del maestro José Higueras Mora
Camino y no veo, busco en tinieblas.
Limpio mis lágrimas con frecuencia.
No lloro, extraño, nadie tengo…
La soledad, el silencio, el frío…
Ese frío que me consume,
aun siendo pleno verano
¡Es el frío del alma!
Cuando solo queda soledad…
Nada espero, porque nada tengo,
di todo sin esperar nada.
Ahora contengo mi aliento,
para que esas lágrimas amargas
no asomen a mi cara.
Me pregunto cada día
Cuando amanece el alba
¿Dónde estáis hijos del alma?
Nadie me contesta
Simplemente un suspiro,
que se escapa sin querer de mi
garganta.
Para repetir una y otra vez
¡Ay hijos, mis hijos del alma!
Higorca
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